DISTRACCIONES
EN EL TRABAJO
El tema que vamos a tratar hoy es tan
cotidiano como importante: es la atención a nuestro trabajo y las
distracciones que nos permitimos en el desarrollo de éste.
¡Nuestro trabajo es algo importante! es de lo que vivimos, en lo que ocupamos la mayor parte de nuestro tiempo despiertos, lo que nos permite mejorar todos los días y aprender cosas nuevas.
Entonces ¿por qué lo desatendemos?
Se refiere a la atención específica que se debe
prestar. Sin temor a equivocarse, todos han pasado por la situación que estamos
hablando con alguna persona, suena el celular e inmediatamente esta persona
deja de prestarnos atención para concentrarse en su llamada. ¿Qué pasó con
nosotros? nos desatendieron. Aparte de lo desagradable que resulta estar frente
a alguien que está haciendo otra cosa, ¿nosotros qué hacemos?
Si estamos operando
nuestro vehículo, torno, prensa o cualquier otro tipo de equipo o herramienta y
suena nuestro celular o aparece cualquier otra distracción qué pasa? dejamos de
atender lo que estamos haciendo?
A diferencia de encontrarnos con otra persona y
que ésta se distraiga, nosotros no seguimos “en operación con ella”. De hecho,
cuando otro contesta el celular, dejamos de hablarle, para permitir que realice
su charla.
Pues con nuestro equipo y herramientas esto no
ocurre. Si no los apagamos y aseguramos, ellos siguen operando sin importar
nuestra distracción. O alguno de ustedes ¿ha oído a una sierra decir que no
acerquemos nuestras manos a sus dientes?
Estar atendiendo distracciones mientras
trabajamos presenta varios inconvenientes. Primero, interrumpe nuestro trabajo
y resulta que nuestro deber es precisamente realizar nuestro trabajo. Segundo,
puede ocasionar un accidente. Pues al no estar atentos de nuestro entorno y
específicamente de nuestras herramientas o equipo, podemos terminar con la mano
en los dientes de la sierra o en una prensa.
Si vamos a interrumpir nuestra labor debemos
considerar esos puntos antes de hacerlo: interrumpirlo ordenadamente y con el
objetivo de tomar un descanso o atender el otro asunto que nos atañe de manera
adecuada.
Si nuestras herramientas y equipo pudieran
hablarnos, con seguridad dirían: “Nunca me deje desatendido. Si se va a
distraer, apágueme y asegúreme. Si no va a trabajar conmigo, guárdeme”.