miércoles, 27 de marzo de 2013

5ta Charla Mes Marzo



Combata el miedo al fracaso

 
Muchas personas abrigan un miedo profundo al fracaso. Este miedo puede estar oculto bajo un barniz de autoconfianza en sí mismo, pero su impacto de todas formas, puede ser profundo. La incapacidad de tomar decisiones, por ejemplo, que frecuentemente es el resultado del miedo al fracaso, puede ser un obstáculo importante con miras a la efectividad; y las decisiones basadas en miedo, en lugar de en lógica, pueden destruir la eficiencia de un trabajo.
Pocas personas admiten que tienen miedo de fracasar, ya que tal admisión sería una confesión de debilidad. Los que tienen más éxito, sin embargo, pueden evaluar sus ansiedades con honestidad y dominarlas efectivamente.
Teniendo presente que no hay medios simples de llegar a conquistar tal habilidad, hay sin embargo algunas prácticas que cada uno de nosotros podemos utilizar para nuestro beneficio. Cuatro prácticas.
1. Auto-evaluación. Es parte de la naturaleza humana resistir a examinar con severidad: a evaluar nuestro comportamiento desde un ángulo crítico. En ocasiones se pregunta a otras personas qué piensan de nuestras ideas o de nuestro comportamiento.
Una evaluación crítica de las situaciones y el entender de qué forma el miedo pueden haber influenciado en las acciones, es crucial para poder reconocer nuestro miedo. Las siguientes preguntas pueden ayudar al respecto:
  • ¿He dejado alguna vez de tomar una decisión por miedo a equivocarme?
  • ¿Estuve en realidad reaccionando al miedo la última vez que me encolericé?
  • ¿He dejado alguna vez de indicar  alguna situación insegura por miedo de que él me respondiera que lo que yo creía que era una situación peligrosa no tenía tanta importancia?
  • ¿He dejado alguna vez de sugerir una recomendación a un compañero de trabajo por miedo de que éste me respondiera que mi sugerencia era una niñería?
  • ¿Tengo miedo de fracasar cuando empiezo un proyecto?
  • ¿Tengo tendencia a desestimar mis éxitos pasados?
  • ¿Estoy tenso en ciertas situaciones cuando no lo debería de estar?
  • ¿Me preocupo de que alguien algún día pueda “usurpar” mi trabajo?
Tras haber reconocido que el miedo al fracaso ha jugado un papel importante en nuestro comportamiento, el próximo paso es identificar las situaciones particulares que hubieran precipitado ese miedo.

2. Identificación de las áreas. Algunas personas se sienten especialmente ansiosas acerca de sus relaciones con su superior inmediato. Otros tienen miedo de sus tratos con sus compañeros de trabajo o subordinados.



Muchos miedos están íntimamente unidos a relaciones interpersonales o pueden ser identificados con claridad al considerar varias relaciones que pueden muy probablemente estimular el miedo. Esas posibilidades incluyen:
  • Nuestros superiores
  • Nuestros compañeros de trabajo
  • Nuestros subordinados
  • Contactos fuera de la compañía
Consideran su propia situación. ¿Cuáles de esas relaciones les causan la mayor preocupación o ansiedad?

3. Análisis. A estas alturas, debemos separar los miedos legítimos de los irracionales, esto es, autogenerados. Al separar el “hecho” de la “fantasía”, podemos lograr una perspectiva adecuada sobre nuestras habilidades.
Aunque el refrán dice que “todas las comparaciones son odiosas”,
Algunos miedos son justificados, naturalmente. Cuando lo son, la pregunta más importante es: ¿Qué acción constructiva puedo tomar?

4. Acción. Para conquistar el miedo debemos “hacer” algo. Esto es, debemos de tratar nuevas formas de manejar las situaciones miedosas. Lo mismo que un nadador que en un principio tiene miedo a sumergirse en aguas profundas pero que por fin se decide y conquista ese miedo, podemos solucionar situaciones en las que tenemos las mayores posibilidades de triunfar, y a continuación adentrarnos a esas situaciones y ver si nuestros miedos están justificados. A medida que la confianza en nuestra habilidad para manejar esas situaciones va en aumento, podemos tratar de adentrarnos en otras situaciones o desafíos más grandes y complejos.




Conclusión
En pocas palabras, podemos dominar nuestro miedo modificando nuestro comportamiento.