viernes, 27 de septiembre de 2013

4ta Charla Mes Septiembre



HACER QUE LAS COSAS PASEN


 

El que quiere puede, dice una frase. Es cierto que hay que querer las cosas. Se desea mejorar la ¡calidad de vida y condiciones laborales!
Pero algunas veces se puede contradecir:
  • Se desea llegar a un lugar en tiempo record
  • Se desea aumentar la producción sin descanso
  • Se desea reducir la accidentalidad y no hacer caso de las medidas de protección
O se  actúa de manera incorrecta:
  • Permitir que el conductor exceda la velocidad sin llamar su atención
  • Permitir la violación de las normas que nos protegen
Los ejemplos anteriores ajustan a otra frase: “Dejar hacer, dejar pasar” ¡qué fastidiosa! Pero el mayor fastidio es que el ambiente de trabajo no solamente depende de los demás. También depende de cada uno de nosotros.
¿Cómo tendremos más seguridad si no se llama  la atención de quienes la ignoran?
¿Y cómo se está protegido si las recomendaciones y mejores prácticas quedan en el papel y no se aplican como parte del trabajo diario?
No es suficiente con los deseos. La diferencia real la hacen las acciones. Nuestras acciones; lo que hacemos y dejamos de hacer. Si se quiere un mejor ambiente de trabajo, se debe aportar para que eso ocurra. Es decir, ¡hacer que las cosas pasen!
Ser permisivos y tolerantes es precisamente la vía contraria a la seguridad. Hacer ambientes seguros depende de nosotros mismos y esto es una realidad de la que se debe ser consciente y por la que se debe trabajar constantemente.
Un mejor o peor ambiente de trabajo está dado por todo el grupo de trabajo y por lo que cada uno hace y deja de hacer, así como de lo que cada uno permite o impide hacer. Liderar la seguridad es actuar con respecto a ella para nosotros y para los demás.

Hacer que los deseos se conviertan en realidades requiere de nuestras acciones. ¡Actuemos positivamente por un mejor ambiente de trabajo!