miércoles, 25 de noviembre de 2015

2da Charla Mes Noviembre

RESPETO EN EL TRABAJO





El respeto a las condiciones individuales de los compañeros en la oficina es la clave para un ambiente positivo y más productivo.

La religión, edad, limitaciones físicas, características particulares o cualquier otra condición personal que haga destacar a algún empleado dentro del grupo no deben convertirse en blanco para burlas o desprecio. Muchas veces las personas expuestas a la discriminación terminan renunciando, pues no soportan la presión que genera esa situación, ocasionando la salida de la empresa de un trabajador talentoso y desbalanceando completamente la vida de esa persona.

También ocurre que se puede ofender al resto del grupo con actitudes que pueden ser sabiamente manejadas. Muchas veces el exceso de perfume, la música constante o la práctica de ciertos ritos en el recinto laboral, pueden alterar la tranquilidad del grupo. Moderarse en la conducta, inhibiéndose de hacer bromas pesadas o de abusar de la confianza puede ayudar al grupo a llevar una mejor relación.

Sin mucho esfuerzo Se trata de lograr un balance en las relaciones, de tolerar y de respetar a la vez. Lo ideal es mantener un comportamiento atento, pacífico, donde predomine la serenidad y dejar para el horario personal las expresiones, hábitos y gustos propios.

Comportamientos sencillos pueden ser la clave de esa convivencia feliz. Hablar con un tono de voz moderado, cuando está concentrado en su trabajo. Limpiar su espacio de trabajo y cualquier área que ensucie también es una demostración de cordialidad y buenas costumbres que los compañeros valorarán.

Una de las costumbres más irritantes que puede haber en una oficina es la de mirar la pantalla del computador por detrás del hombro de otro. En cuanto a la privacidad también es importante evitar enviar correos indeseados o basura a sus compañeros y bajo ningún concepto se puede leer el correo de otro.

Tomar cualquier objeto del escritorio o gaveta sin pedir permiso previamente es molesto y peor aún, agarrar el último suministro sin ocuparse de hacer un nuevo pedido, dejando esa tarea a la siguiente persona que necesite el mismo material.
Llegar tarde a las reuniones es igual de molesto. Hay otras acciones que pueden incomodar grandemente, tales como pedir que mientan por usted, es un irrespeto que se comete con frecuencia. Las maldiciones o insultos sólo porque ha hecho algo mal o porque otro se ha equivocado también molestan a los demás y peor aún, echar la culpa a otro por sus errores. Igualmente, o más, ofensivo es tomarse los créditos por el trabajo hecho por otro.

Otro error terrible que se puede cometer y que afecta las relaciones es el de pedir que haga tareas que no estén relacionadas directamente con el trabajo, especialmente en el plano personal. Por su puesto, hablar mal de otro a sus espaldas ensucia la moral del grupo.

El tema de las creencias, la política y la religión es muy personal y debe ser respetado, no sólo es importante evitar la censura o incomodar a quien practica determinada religión, sino también se debe evitar querer convertir a otros a sus creencias políticas o religiosas.

A la hora de comer, los buenos modales no deben ser olvidados, la comida en compañía de los colegas debe ser amena. Además del buen uso de los cubiertos, y de masticar apropiadamente, se deben evitar temas molestos y ofensivos. Entre los malos modales también se puede contar el masticar chicle con frecuencia y de manera ruidosa.

Las quejas constantes acerca de la empresa, de los jefes y de los compañeros de trabajo pueden agotar y enturbiar el ambiente de trabajo, es recomendable evitar caer en una constante repetición de quejas y afrontar los problemas cuando se presentan de manera directa.

Es importante ser tolerante, pero es igualmente necesario saber hacerse respetar y exigir, de manera educada, un comportamiento armonioso, ético y profesional, dejando de lado la condescendencia, que no es lo mismo que tolerancia.







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