Liderazgo
En el tema planteado
existen tantas leyes como normas de cada empresa que son de obligatorio
cumplimiento.
En el mundo ideal, todas las personas estarían en
conocimiento de ellas y por supuesto, las cumplirían a cabalidad. Sin
embargo, en ese mundo ideal y la realidad es otra cosa. Las personas en muchos
casos no conocen las leyes, tampoco las normas y más desafortunado aún es que
algunos que las conocen, voluntariamente les restan importancia y las
desobedecen.
Eso nos lleva a solucionar un problema desde el punto de
vista de promotores de una cultura real de seguridad. Convencer a las personas
de las ventajas de prevenir y por otra parte los riesgos de no hacerlo.
Es aquí donde la persuasión juega un papel importante:
¿Qué es persuadir? Según la academia de
la lengua, es Inducir, mover, obligar a alguien con razones a creer o hacer
algo.
¿Una tarea difícil? La tarea es sí.
Pero no por eso se puede ignorar que buena parte del trabajo de promoción obliga a realizarlo.
Hay muchas maneras de persuadir con
respecto a la seguridad y, todas son válidas siempre y cuando se den los
resultados.
Que van desde el uso de carteleras de
prevención hasta mostrar fotos terribles de accidentes con miembros
desgarrados, pasando por volantes de promoción, ferias, y dos muy especiales y
generalmente de gran efectividad:
El llamado de atención de los
compañeros de trabajo y las frecuentes ¡charlas de seguridad!
La costumbre de las charlas donde hay
participación de los trabajadores en las que se identifican puntos de mejoría
hace un efecto importante en ellos a la hora de realizar sus actividades.
Y el otro caso, cuando en un grupo de
trabajo un compañero le indica a otro la manera correcta de hacer las cosas y
le corrige con amabilidad e intención de ayuda, generalmente se logran niveles
de seguridad superiores.
Nuestra tarea en la promoción de la
seguridad puede apoyarse en muchas ordenanzas y obligaciones, pero la
persuasión a través de un liderazgo proactivo ha mostrado grandes resultados.