viernes, 1 de marzo de 2013

1era Charla Mes Marzo 2013



Cuidado con su estado de ánimo
Riesgo Psicosocial
Se habla de estrés y de los daños que provoca en la salud y el aumento de los riesgos de seguridad que lo acompañan. Es un hecho que alguien que no maneja adecuadamente el estrés tiende a accidentarse con mayor frecuencia y gravedad al igual que sufre de mayores problemas en su salud.
Pero no solamente el estrés aumenta los riesgos a la salud y la seguridad. En general, cualquier estado de ánimo mal manejado es un detonador de los riesgos. Algunos casos que se  reconoce con solo mirar a nuestro alrededor.
La tristeza
No son pocas las personas que ante una tragedia se hunden en la tristeza. La muerte de un ser querido, la pérdida de un negocio o cualquier otro inconveniente profesional producen tristeza
La alegría extrema
La alegría también tiene sus riesgos. Esto lo podemos ver casi que a diario en las noticias y desafortunadamente, también en ocasiones con las personas cercanas: El caso típico, son las fiestas de celebración. Un cumpleaños, la celebración de un negocio, la compra de una casa e incluso ganarse la lotería también son ocasión de accidentes.
Las emociones, como algunas otras aumentan los riesgos, porque en primer lugar distraen. Una persona que está pensando en otros asuntos diferentes a la labor que ejerza  o a la calle que cruza definitivamente aumenta el riesgo de sufrir un accidente o de involucrar a los demás en él. Y por otra parte, muchas personas tienden a anteponer sus sentimientos a su razón ante algunas circunstancias.
Los seres humanos y los sentimientos son parte de nuestra naturaleza. De ninguna manera se pretende dejar de sentir. Lo importante es tener conciencia de lo que se siente y cómo se siente puede afectar, para así tomar mayores precauciones, o de ser necesario, detener nuestra actividad, antes de crear un problema mayor.
La relación laboral, en tanto personal, constituye un factor, junto con otros (ritmo de vida, dificultades de integración social, familiar, ausencia de comunicación o miedo al porvenir y el final fatal irreversible), capaz de llevar a sufrir patologías psíquicas susceptibles de provocar graves secuelas en el individuo, no en vano el trabajo tiene una significación muy superior a la mera obtención de unos ingresos económicos, quedando convertido en una fuente muy importante de identidad.
Su dimensión es tanto más transcendente cuanto que la mayor parte de los sujetos dedican buena parte de su vida a prepararse para desarrollar una actividad profesional o a ejecutarla, proyectando, en todos esos momentos, sus anhelos cara a la sociedad, autoestima y realización. Cuando tal no ocurre, la presión e insatisfacción, bajo la forma de estrés en sus distintas modalidades –género con especies significativas en este estudio desgranadas al detalle--, sacudirá a la población obrera de forma importante (de hecho, constituye el segundo problema de salud laboral, afectando al 28%  de los trabajadores), dando pie al nacimiento de distintas enfermedades psicosomáticas, destinadas a constituir la “nueva epidemia organizativa del siglo XXI” y necesitadas de eficaces tratamientos reparadores, y sin embargo, se tiende, aún hoy, a percibir cualquier carga psíquica o riesgo psicosocial como algo implícito al puesto de trabajo que sólo se actualiza por la vulnerabilidad individual, por algún “fallo” personal. Frente a tal punto de partida, y no negando la importancia del componente subjetivo (apreciación singular de su situación, de su fragilidad a ciertos factores capaces de provocar el estrés, es decir, de sus características propias y estrategias disponibles para afrontarlos), no cabe duda que en la mayor parte de las ocasiones la enfermedad o el problema no obedece tanto a una faceta personal cuanto a la presencia --y exposición-- de estresores laborales, como, entre otros, el cansancio emocional, la despersonalización o una reducida realización.
Siendo tal así, cabe interrogarse sobre los motivos a partir de los cuales explicar la ausencia de interés preventivo, pudiendo situar en su base el hecho de que los directivos tienen un mayor conocimiento del “funcionamiento técnico y económico” que del “funcionamiento humano”, y, en consecuencia, falta el convencimiento sobre la magnitud de los costes derivados de estos problemas y el compromiso, conscientes de su gravedad, de la necesidad de llevar a cabo una intervención para, si no erradicarlos, sí al menos mermar su incidencia. A tal clave procedería unir algunas otras: 1) La ya mentada concepción de que las causas del estrés son de carácter individual, y sólo afectan a personas predispuestas.
 2) La falta de información respecto a la nocividad de los factores derivados de estos riesgos sobre la salud de los trabajadores.
3) El tópico cultural que sigue considerando el estrés como un problema de ejecutivos, y más relacionado con el trabajo intelectual que con el manual, lo cual lleva a concebirlo como inherente al empleo, o a ciertos empleos, y a contemplar la prevención como un asunto de técnicas individuales de autocontrol.
4) Dificultades de evaluación por falta de instrumentos objetivos.
5) En fin, y entre otras más pero aquí consideradas de menor relieve, la actitud de incredulidad o escepticismo sobre la posibilidad de eliminar o controlar estos elementos.
Dejando a un lado estas falsas ideas preconcebidas, la insatisfacción laboral, o grado de malestar experimentado por el trabajador con motivo de su prestación laboral, expresa en qué medida las características de la actividad no se acomodan a los deseos, aspiraciones o necesidades. Para identificar tales causas es necesario, pues, tener en cuenta el contenido, las condiciones de prestación de servicios, el tipo de contrato, las relaciones sociales en la empresa, el bienestar y cómo no la productividad. Como cualitativas (trabajo emocional que conlleva esconder sentimientos o a la realización de un gran esfuerzo intelectual o sensorial); poco control sobre la propia labor, es decir, mínimo margen de decisiones sobre el qué, cómo, cuándo, quién y cuánto se lleva a cabo la labor; escasas posibilidades de desarrollo como persona, el margen de maniobra para tomar decisiones y controlar la propia vida laboral; y, en fin, el apoyo social (afecto y aprecio de los compañeros, apoyo a la propia autoestima, valoración de su desempeño o sentimiento de pertenencia). De conformidad con el segundo, en virtud del cual se valoran la adaptación entre las capacidades del empleado y las demandas del entorno o entre sus necesidades y expectativas y las oportunidades reales que el trabajo ofrece, cabe atender al hecho de que si las exigencias laborales son tan elevadas que difícilmente se les puede hacer frente o si no pueden modificarse las condiciones de realización, la situación genera una importante inestabilidad psíquica, aumentando la rapidez con la que se produce el desgaste y el riesgo de padecer la enfermedad. El tercero de los modelos hace mención al desajuste entre el esfuerzo realizado y la recompensa recibida, de modo que no se proporcione el ‘feedback’ adecuado entre las expectativas y los resultados obtenidos; la amenaza de despido y de paro, la precariedad del empleo, los cambios ocupacionales forzados, la degradación de categoría, la falta de expectativas de promoción y la inconsistencia de estatus son variables importantes en este último modelo.
Bajo esta triple dimensión (unánime en el sentir de cuantos autores se han acercado al tema), y con el propósito de unir este esfuerzo a cuantos muchos otros (fundamentalmente provenientes de la Psicología del Trabajo y de las Organizaciones) han intentado mostrar desnudas y ordenadas las fuentes desencadenantes del estrés laboral como objetivo último a modificar con el fin de pretender una mejora en la calidad de vida laboral, sirva el siguiente intento de descripción de elementos causales, al que seguirá, en esta primera parte de la obra, el esfuerzo por aquilatar su concepto desde un punto de vista técnico, un estudio de sus consecuencias fundamental, pero no únicamente, para la Seguridad Social y una propuesta de intervención preventiva.

13 comentarios:

  1. El propósito de esta charla es dar a conocer los daños que provoca el estrés, puede dinamizar la actividad del individuo provocando un proceso de incremento de recursos (atención, memoria, activación fisiológica, rendimiento, etc.) que hace aumentar la productividad. Sin embargo, cuando este proceso es muy intenso y dura mucho tiempo, llega el cansancio, así como la pérdida de rendimiento. Para realizar tareas complejas o para aumentar la velocidad en tareas simples.
    Reflexionando sobre todas estas cuestiones seguramente tendrás más claro que tu ánimo depende sólo de ti.

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  2. El estres es una de las principales enfermedades profesionales que solemos sufrir los trabajadores, debemos crear conciencia de como podemos evitarlo en nuestros puestos de trabajo, y de esto se trata la charlas.

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  3. El estrés aumenta los riesgos a la salud y la seguridad, en general, cualquier estado de ánimo mal manejado es un detonador de los riesgos, por eso en cualquier situacion que se presente se tiene que tener calma para asi poder resolver el problema y no dejarse llevar por las emociones

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  4. Los estados anímicos enmarcan las conductas desde las cuales realizamos nuestras acciones, mientras que las emociones tienen que ver con la forma en que respondemos a los sucesos. Con los estados de ánimo enmarcamos el horizonte de posibilidades. Cuando estamos en un determinado estado de ánimo, nos comportamos dentro de los parámetros que tal estado determina en nosotros.

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  5. Según datos de la Agencia Europea, entre los riesgos laborales más importantes en los próximos años para los más de 190 millones de trabajadores de los 27 países europeos, estarán precisamente los factores psicosociales, que pueden conducir a problemas de salud como: depresión, estrés, ansiedad, problemas de sueño, entre otros.

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  6. Es importante destacar que existe muchos factores psicosociales los cuales repercuten nuestras labores del dia a dia como la depresiom el estre diaria problemas en nuestro entorno familiar, por ende es necesario aislar los problemas de nuestro trabajo ya que repercuten en nuestro desempeño

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  7. El estrés laboral es un estado de sobre activación ante situaciones consideradas como excesivas y bajo condiciones de escasos recursos de control por parte del individuo en su entorno de trabajo.

    Quien sufre de estrés se afecta su salud física y mental las consecuencias de este podrian generar fatiga, jaqueca, trastornos del sueño y psicológicos. Se debe aprender a manejar todas las situaciones que generen presión en el trabajo.

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  8. Es importante tener en cuenta este tema ya que la existencia de los riesgos Psicosocial en el trabajo afecta, mediante la salud de los trabajadores, en cual trae como consecuencia el bajo desempeño en su trabajo. En muchas empresas realizan evaluación tomando en cuenta aspecto como la organización del trabajo, el ambiente y desempeño para evitar dichos riesgos.

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  9. es importante saber el tema de psicosocial en tu trabajo y tienes q saber como trabajar para q no t ocaciones tu mismo esos daños a tu cuerpo y asi poder trabajar sin estres fatiga etc..

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  10. La relación laboral, en tanto personal, constituye un factor, junto con otros (ritmo de vida, dificultades de integración social, familiar, ausencia de comunicación o miedo al porvenir y el final fatal irreversible), capaz de llevar a sufrir patologías psíquicas susceptibles de provocar graves secuelas en el individuo, no en vano el trabajo tiene una significación muy superior a la mera obtención de unos ingresos económicos, quedando convertido en una fuente muy importante de identidad.

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  11. Al monento de realizar un trabajo o aun mas para empezar la fanea tenemos que estar en buenas condiciones mental. El estres es una de la emfermedades que nos ocaciona en no realizar las actividades correctamentes, y nos hacen tener un problema Psicosocial. Por eso hay que tomar medidas para no tener esos riesgo.

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  12. todos los dias antes de realizar nuestras labores diarias debemos estar bien mentalmaente para haci trabajar comodos, y evitar cuaquier tipo de riesgos que ponga en riesgo nuestra salud liboral

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  13. Es normal sentirse negativo ocasionalmente. Los tiempos “bajos” frecuentemente tienen un efecto limpiador. Ciertamente para la mayoría de las personas, la vida con unas pocas altas y bajas podría ser aburrida. Frecuentemente el animo negativo es un signo que el estrés esta empesando a tener un efecto nocivo en ti. Tú puedes estar sintiéndote agotado. Los estados de animo negativos crónicos pueden afectar tú salud, productividad y relaciones interpersonales y es una clara señal de advertencia que necesitas hacer cambios. Los estados de ánimos negativos son usualmente el resultado del pensamiento irracional acerca de personas o eventos. Esto podría ser enfocándose en lo negativo y no ver lo positivo en tú vida y trabajo. Podrías estar viendo las diversas situaciones como problemas en lugar de oportunidades y retos.

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